NUESTRA CULTURA NARCISISTA

Actualmente vivimos en una cultura demasiado narcisista. Todo lo que vemos a nuestro alrededor es una muestra del exceso de individualismo entre los seres humanos, las redes sociales, los comerciales en televisión, “el boom” de las cirugías estéticas, al parecer todo gira alrededor de privilegiar la imagen en una especia de “dime como te ves y te diré quién eres”, el ser aceptado por la sociedad se ha convertido en una necesidad primordial, todo esto va formando una cultura narcisista.

Para el padre del Psicoanálisis Sigmund Freud, el narcisismo primario es crucial para el desarrollo del infante en donde el yo en su totalidad se toma como objeto de amor antes de elegir objetos exteriores; en los primeros meses de vida toda la energía vital (libido) es destinada a satisfacer las necesidades primordiales del niño ayudándolo a sobrevivir. Conforme al desarrollo del niño en el narcisismo secundario el infante vuelca su energía hacia los objetos externos que lo rodean (los padres) haciendo posible consolidar una relación con ellos y con el mundo exterior.

Pero cuando existe una grieta en el desarrollo normal del infante, puede surgir un narcisismo patológico originando psiquismos con rasgos estructurales poco sanos; una persona narcisista se caracteriza porque su actividad se dirige esencialmente a obtener, en lo más posible, aclamación y aprecio para seguir preservando su imagen y poderse sentir amada.

Esta necesidad de continua aprobación no es tan sencilla, exige un gran esfuerzo. El esfuerzo que necesitaríamos para “llegar a ser” en esta vida, más bien se utiliza para magnificar la pose, la apariencia. Es la apariencia la que nos preocupa porque nos salva de la falta de no saber de nosotros mismos, nos niega el aceptar lo que realmente somos. Se busca sin descanso y con una enorme necesidad la aprobación de los demás, para que le corroboren cuán grandioso se es. En este esfuerzo y con la libido sustraída del mundo exterior, no hay la capacidad de comprender al otro, de interesarse por el otro, escucharlo, por lo que el sujeto se vuelve insensible y desconfiado. Se hace intolerante con las críticas, reacciona de mala manera cuando se osa corregirle algo. Su esfuerzo va dirigido a manipular a la gente y generar las condiciones para que no se le pueda superar en el trabajo, los estudios, la familia, la sociedad.

Con esto, es fácil darse cuenta de que si no se cede un poco al narcisismo, es difícil tener una convivencia con los otros. Y es por ello que hoy en dia vivimos en una sociedad muy superficial en donde la corrupción, la delincuencia y demás injusticias son permitidas, ya que muchas personas ven solo por su propio interés, sin poder detenerse un momento a pensar en los demás.

Es por ello que el poder asumir y reconocer que no somos perfectos, que tenemos dificultades personales, carencias emocionales o problemas para relacionarnos con los demás, es el primer paso para aceptar la ayuda psicoterapéutica que nos guíe hacia una cura y bienestar personal, y poco a poco poder transformarnos en una sociedad mas sana.

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