El objetivo primordial de la terapia sexual es ofrecer a la persona o pareja las estrategias adecuadas que le permitan recuperar el bienestar y satisfacción en este plano, para ello se evaluará cada situación de manera particular y se establecerán los objetivos y metas, planificando su consecución de manera paulatina.
La terapia sexual esta indicada cuando se presentan dificultades debido a experiencias o sentimientos negativos asociados a la sexualidad, en un ambiente de respeto y confianza el terapeuta sexual abordará la problemática con sumo profesionalismo, es importante señalar que la intervención terapéutica no implica en ningún caso contacto físico y que las prescripciones se realizan de manera clara y precisa como tareas a realizar de manera individual o en pareja.
La terapia sexual requiere un efoque interdisciplinar, en ocasiones se requiere el apoyo médico en caso de que exista un problema orgánico de fondo, o si se detecta una depresión y esto está generando la disfunción es primordial atenderlo en un primer momento. También es común que la terapia sexual se acompañe con terapia de pareja en el caso de que se detecten conflictos importantes que pueden estar inhibiendo el contacto y disfrute sexual.
En espacios posibles un Terapeuta Sexual será quién guie este proceso.
Algunos casos en los que está indicada la terapia sexual son los siguientes: Impotencia, falta de deseo sexual, vaginismo, ansiedad ante los encuentros sexuales, eyaculación precoz, adicción al sexo, temor ante los encuentros sexuales, incertidumbre respecto a la orientación sexual.